Cueva de Las Monedas

 

Las cuevas del Monte Castillo, situadas en Puente Viesgo, es un conjunto de cuatro cavidades, de las cuales dos están abiertas al público: El Castillo y Las Monedas.

VÍDEO DE PRESENTACIÓN DE LAS CUEVAS DE «EL CASTILLO» Y «LAS MONEDAS»

 

Si desea comprar entradas por internet para las dos cuevas, los intervalos entre los inicios de cada visita deben ser de, al menos, 60 minutos de diferencia. Recuerde estar en la taquilla, situada en el Centro de Arte Rupestre de Cantabria, al menos, 40 minutos antes del inicio de la primera visita para obtener los tickets de una o ambas cuevas.

 
 
Descripción

 

Al borde del río Pas, a su paso por Puente Viesgo, se alza el Monte Castillo, una elevación caliza de forma cónica que esconde en su interior un intrincado laberinto de cuevas frecuentas por el hombre durante la Prehistoria.

A unos 675 metros de la conocida cueva de El Castillo, y siguiendo por el camino que bordea el monte, se abre la cueva de Las Monedas, la de mayor recorrido de las cavidades conocidas en el Monte de El Castillo.

En el momento de su descubrimiento, en 1952, se la denominó la “Cueva de los Osos”. Al poco se observaron en diferentes salas improntas de una bota con tres clavos en el talón. Siguiendo las huellas, se localizó en una profunda sima de 23 metros, un lote de 20 monedas de la época de los Reyes Católicos, una de ellas resellada en 1503 o 1563. Estas monedas, perdidas o escondidas en la cueva por un anónimo visitante del siglo XVI, son las que dan nombre hoy a la cueva.

De los 800 metros que tiene la cueva, se visitan unos 160 metros. El recorrido esconde un auténtico espectáculo geológico: estalactitas, estalagmitas, discos, columnas, terrazas colgadas y coladas de colores, debidos a la variada composición mineralógica de la roca, describen este paseo geológico. Los procesos de disolución de la calcita y los procesos de sedimentación y vaciado hacen de la visita a la cueva, un regalo de belleza y colorido para los ojos.

A diferencia de la cueva de El Castillo, las manifestaciones parietales figurativas se concentran en una pequeña sala lateral a pocos metros de la zona de entrada. El conjunto, muy homogéneo en su realización técnica (dibujo negro trazado a lapicero) y estilo (que apunta a una única fase de ejecución), se compone de al menos 17 figuras de animales y diversas formas de signos o conjuntos de líneas de difícil interpretación. Principalmente caballos, y en menor medida renos, cabras, bisontes, un oso y algún otro animal indeterminado, componen un bestiario variado correspondiente a una fase climática fría. Las dataciones C14 AMS certifican la realización de las figuras durante una fase glaciar que aconteció hace unos 12.000 a.C.

 
 
Localización

 

La cueva de Las Monedas se encuentra en la ladera SO del Monte del Castillo, a unos 180 m.s.n.m. y en el término municipal de Puente Viesgo.

Su emplazamiento está directamente vinculado al hito que representa la elevación cónica del Monte Castillo, un referente geográfico para las poblaciones prehistóricas que contiene importantes cavidades con evidencias de ocupación humana que se inicia hace unos 150.000 años y alcanza hasta la Edad Media.

Así destacan las cavidades de El Castillo, La Pasiega, Las Chimeneas, La Flecha y La Cantera, además de otras menores.

Del conjunto de cavidades hoy conocidas destacan cinco por contener evidencias de la actividad gráfica y simbólica de los grupos humanos que habitaron Europa hace entre 38.000 y 11.000 años. La más destacada es la cueva de El Castillo. Otras cuatro, Las Monedas, Las Chimeneas, La Pasiega y La Cantera, completan el excepcional conjunto de cuevas con arte rupestre paleolítico.


separador

La cavidad

 

Presenta un recorrido próximo a los 700 m y se organiza, en sus primeros 200 m, en espacios de amplias dimensiones en los que pueden observarse numerosas evidencias relacionadas con procesos geológicos, siendo de destacar las terrazas colgadas, propias de dinámicas fluviales, y los discos, columnas, coladas y un largo etcétera relacionados con los procesos de litogénesis. Estas formaciones hacen de la visita un recorrido geológico de extraordinaria belleza.

El recorrido visitable se organiza en un primer sector de entrada que da acceso a un área vestibular, tras la que se accede, pasando por un estrecho paso delimitado por formaciones de calcita y bloques caídos, a una gran sala alargada, encontrándose al fondo de ella la Galería de las Pinturas.

Tras esa gran sala y un estrechamiento, se accede a otra sala en cuya zona central hay un pozo o torca; además, en ella se puede observar una colada de colores originados por la variedad de aportes minerales durante el proceso de formación.

De nuevo tras un estrecho paso se llega al Pozo de las Monedas, para posteriormente, y tras dejar una galería a la izquierda, llegar a una zona cuyas formaciones geológicas suponen un paseo geológico. Al final de ella un espacio de reducidas dimensiones da acceso al resto del recorrido no visitable.


separador

Historia de la investigación y contexto arqueológico

 

En abril de 1952 el guarda forestal Isidoro Blanco, quien conocía la cavidad desde la década de losaños 20 del siglo pasado, informa y lleva a Felipe Puente, encargado de los guías del Castillo, y a Alfredo García Lorenzo, ingeniero de caminos de la Diputación de Santander, hasta la entrada de la cueva. Ese mismo día localizaron el conjunto de dibujos negros existentes en su interior.

 

Al año siguiente del descubrimiento se publicó, firmada anónimamente, la primera obra sobre la cavidad, que recoge, además de datos sobre el descubrimiento y diferentes actuaciones en el resto de las cuevas del Monte Castillo, unas primeras descripciones y calcos sobre los dibujos negros de Las Monedas. Casi 20 años después, en 1972, Eduardo Ripoll publica un estudio completo sobre las manifestaciones artísticas. Por último, recientemente otros investigadores han presentado nuevas figuras grabadas en el sector inicial de la cueva.

La información sobre el contexto arqueológico procede de recogidas de materiales de superficie, de diversos trabajos arqueológicos (varias catas y sondeos) realizados al poco del descubrimiento en diferentes sectores de la cueva y de las tareas de acondicionamiento de la cavidad para las visitas.

Los datos disponibles son escasos: huesos de oso y de ciervo, además de otros animales, fragmentos de cerámica tosca, piezas líticas en cuarcita y diverso material metálico (leznas y un hacha de bronce, hachas pétreas de basalto), además de las monedas ya mencionadas. Con la información disponible se puede apuntar que la existencia de varios esqueletos de osos indican la utilización de la cueva como espacio de hibernación, que es probable que la industria lítica indique la frecuentación de la cavidad durante algún momento indeterminado del Paleolítico, la existencia de ocupaciones humanas poco intensas (o incluso una frecuentación puntual) durante de la Edad del Bronce (2.000-1.200 a.C.) y el tránsito por la cavidad durante el siglo XVI.


separador

El arte parietal

 

Aunque tradicionalmente se ha considerado que el conjunto principal de arte parietal está concentrado en un tramo final de una galería lateral de la segunda gran sala, existen muestras de actividad gráfica muy dispersas en otros sectores.

Las primeras evidencias, sobre las que los investigadores no existen una opinión consensuada en relación con la certificación de la intervención humana, se sitúan en la gran sala de entrada. Se ha señalado, a la izquierda y en una gran columna irregular, la existencia de una figura de bisonte, una máscara, un cáprido y una cabeza de cierva. Serían figuras de surco ancho y profundo que transmiten, en combinación con las características del soporte, un efecto de bajorrelieve.

Avanzando hacia el interior de la cueva de traspasarse una zona más estrecha que anuncia diversas formaciones de carácter geológico existentes en la totalidad del recorrido.

PINTURAS DE CABALLO Y RENO EN LA CUEVA DE LAS MONEDAS EN PUENTE VIESGOA mano izquierda, y nada más entrar, hay un estrecho espacio en cuya pared derecha se dibujaron, además de algunas líneas y signos (entre los que destaca una forma de estrella), cuatro caballos de diferente tamaño que muestran cierto grado de detalle en su ejecución formal. En el mismo panel pero un poco más adelante aparecen dos cabras, una de ellas casi completa que muestra un alto grado de detalle en la zona ventral. Ya en la parte final de ese frente hay varias líneas y dos animales. El primero corresponde a uno de los escasos ejemplares de oso del bestiario paleolítico y el segundo a una parcial figura de uro.

Frente al panel anterior se dibujaron numerosas líneas de difícil interpretación pero con un sentido gráfico que se nos escapa.

Volviendo al inicio, al sector de acceso al espacio decorado, pero a mano izquierda aparecen en primer lugar diversas líneas. Ya propiamente hacia el interior del conducto la morfología irregular del soporte dispone diversos frentes sobre los que se dibujó. Las primeras figuras que encontramos son dos renos. Destacan, más allá de por ser raras en el imaginario paleolítico, por el detalle anatómico que prestaron los artistas. Las líneas interiores del tronco sirven para indicar diferencias de pelaje y para dar sentido volumétrico a la representación.

En el lado contrario al frente de los renos se pintaron la única figura de bisonte de la cueva, un caballo con relleno interior parcial y para cuyo ojo se aprovecha un saliente de la pared, y diversas líneas que pudieran ser parte de figuras animales hoy en día difíciles de reconocer.

Ya en la pared izquierda y dirigiéndose a mano derecha aparece una de las figuras más peculiares de la cueva. Se trata de un pequeño motivo animal que recuerda a un zorro u otro tipo de pequeño carnívoro.

A escasos centímetros y en un pequeño falso techo se dibujó un caballo muy simple pero que destaca, además de por su situación, por el despiece que se sitúa en la región escapular. Cerca de él aparecen otras dos figuras de caballo, una de ellas son cabeza o acéfala.

Siguiendo por la misma pared aparecen dos carpidos, una reno, un caballo y una curiosa figura interpretada como mustélido. La posición del reno, con la cabeza levantada, y la masividad de su cuerpo transmiten pasividad y fuerza. El posible mustélido, parcialmente dibujado, de cuerpo alargado y estrecho y cabeza redondeada, pudiera corresponder a una garduña, armiño o comadreja.

De nuevo siguiendo encontramos la composición más espectacular de la cueva, un reno y un caballo dibujados sobre dos lienzos ortogonales, dando así simetría al conjunto. Ambos animales, y en especial el caballo, se dibujaron con todo tipo de detalles: pelaje, despiece ventral y escapular, líneas de los maseteros, etc.).

gran_monedas_025Por último y en ese mismo frente de pared aparecen unas líneas que pudiera corresponder a un animal. Frente a este último existe un panel abigarrado de líneas curvas y rectilíneas que se cruzan y entre las cuales algunos autores han querido ver caras humanas.

Lo descrito hasta ahora conforma la mayor parte del dispositivo iconográfico. En el resto de las paredes de la cueva, y de manera aislada, aparecen bastantes líneas negras que en algunos casos se asocian a sectores concretos, en su mayoría a época altomedieval. De entre todas ellas, algunas corresponden a posibles animales como un cáprido y alguna forma solamente clasificable como zoomorfa.


separador

Valoración

 

Se trata de un conjunto homogéneo. El tipo de técnica (dibujo en negro) y los caracteres formales y estilísticos (figuras naturalistas) así lo atestiguan. Además, la localización de la mayor parte de la manifestación en un sector muy concreto reafirma el carácter de sincronismo.

gran_monedas_031Temáticamente es un conjunto diverso en el que destacan los renos, el oso y el posible mustélido, siendo los caballos las figuras más representadas. Son animales escasamente representados. No son simples contornos de figuras, ya que se dedica una atención especial a la anatomía interior (despieces interiores, pelaje, anatomía secundaria, sentido volumétrico, etc.) y a la perspectiva correcta de las extremidades, lo que transmite un cierto grado de realismo fotográfico. A pesar de ello, se documentan algunas desproporciones, ya que contratan algunos cuerpos voluminosos con cabezas pequeñas.

Cronológicamente siempre se asignaron las figuras a una fase Magdaleniense medio o superior (13.000-9.000 a.C.). Sus características formales y estilísticas así permiten asegurarlo.

El encuadre temporal más preciso se ha definido a partir de la valoración de la presencia de los renos (animales de fauna fría), que son más frecuentes en momentos avanzados del Magdaleniense, y de las fechas obtenidas por AMS carbono 14 de un caballo y de un cáprido. Los resultados, entre 10.290 y 9.510 a.C., son coherentes con los datos aportados por la fauna, ya que en dicho lampos temporales el clima era frío, en correspondencia con la llamada fase climática Dryas II.


separador

Bibliografía

 

Alcalde del Río, H. (1906): Las pinturas y grabados de las cavernas prehistóricas de la provincia de Santander. Santander.

Alcalde del Río, H.; Breuil, H.; Sierra, L. (1911): Les Cavernes de la Région Cantabrique. Chené. Mónaco.

Anónimo (1953): La caverna de las Monedas y sus interesantes pinturas. Publicaciones del Patronato de las Cuevas Prehistóricas de Santander. Santander.

Cabrera, V.; Múzquiz, M. (2000): “El arte rupestre de la cueva de Las Monedas (Puente Viesgo). Resultados preliminares de las campañas 1989-1990”. Actuaciones Arqueológicas en Cantabria 1984-1999 (R. Ontañón, coord.), pp. 145-146. Consejería de Cultura, Gobierno de Cantabria. Santander.

Garrido Pimentel, D.; García Díez, M. (2013): «Cuevas Prehistóricas de Cantabria. Un Patrimonio para la Humanidad». Sociedad Regional de Educación, Cultura y Deporte. Santander.

González Sainz, C.; Cahco, R.; Fukazawa, T. (2003): Arte paleolítico en la Región Cantábrica. Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria – Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cantabria. Santander.

Ripoll Perelló, E. (1972): La cueva de Las Monedas en Puente Viesgo (Santander). Monografías de Arte Rupestre 1. Diputación Provincial de Barcelona. Barcelona.

Serna, M.; Valle, A.; Smith, P. (coord.) (2002): Las cuevas con arte paleolítico en Cantabria. ACDPS. Santander.


separador

Cuevas de cantabria

Cuevas